El contrato que tenemos con nuestra empresa de limpieza en Madrid debe ser flexible, para permitir los cambios que puedan ser necesarios y adaptarse a la evolución de nuestra empresa.
Como puntos importantes a tener en cuenta, destacan los siguientes:
Duración del contrato
El contrato con una empresa de limpieza en Madrid no debe fijar una duración establecida (por ejemplo, un año), ya que eso nos va a impedir extinguir el contrato antes de que transcurra dicho plazo, incluso aunque estemos notablemente insatisfechos con el servicio que nos están prestando.
La duración del contrato debe ser indeterminada (indefinida), de forma que podamos extinguir el contrato con nuestra empresa de limpieza en cualquier momento, respetando un preaviso razonable (por ejemplo, un mes).
Las empresas más fiables son las que ofrecen este tipo de contratos, ya que son las que no necesitan “atar” a los clientes con períodos de permanencia, sino que son capaces de retener a sus clientes ofreciendo un servicio satisfactorio y profesional.
Ampliaciones y/o reducciones del servicio
También es importante que nuestra empresa de limpieza sea flexible si es necesario ampliar o reducir el servicio contratado.
Si la actividad de nuestra empresa crece (por ejemplo, se incrementan los empleados y/o se amplían las dimensiones de nuestras oficinas), nuestra empresa de limpieza debe ser flexible para ampliar el servicio de limpieza en pocos días.
Del mismo modo, si nuestra actividad o zonas a limpiar se reducen, la empresa de limpieza no debe ponernos trabas a la hora de reducir el servicio de limpieza, de forma temporal o permanente, en función de nuestras necesidades.
Lo mismo ocurre en las Comunidades de Propietarios. Si, por ejemplo, por motivos presupuestarios, se hace necesario reducir el servicio de limpieza, nuestra empresa de limpieza debe adaptarse a esta nueva situación de forma natural.