Es demasiado habitual que, al contratar una empresa de limpieza, estas actúen como empresas de selección de personal o como Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) en el mejor de los casos. Es decir, envían a tus instalaciones (oficinas, comunidad de propietarios, etc.) a las personas que van a desarrollar las tareas de limpieza, les pagan la nómina cada mes y nada más.
Es decir, aparte de las personas que hacen la limpieza, nadie de la empresa aparece por las instalaciones del cliente, ni siquiera llaman por teléfono.
Muchas veces, como clientes, asumimos esta situación con normalidad, sin percatarnos de las consecuencias a las que estamos expuestos:
La limpieza no está supervisada
Al menos, no de forma profesional. Y al final, la supervisión recae sobre el propio cliente, al que no le queda más remedio que dirigir al personal de limpieza, llamarle la atención, verificar que cumplen con sus tareas, etc., mermando un tiempo valioso que debería estar invertido en el negocio, y no en tareas auxiliares como la limpieza.
Por otra parte, el hecho de que el cliente se vea abocado a supervisar las tareas de limpieza está claramente ligado a unos resultados deficientes en la limpieza. El cliente no es un profesional de la limpieza, y, en consecuencia, no puede indicar técnicas, materiales, productos, etc., eficientes, efectivos y profesionales.
Las personas encargadas de la limpieza descuidan sus tareas
No sólo por la evidente falta de supervisión de las mismas, sino porque la ausencia de una jerarquía, de unas líneas directrices, de reconocimiento y del sentimiento de pertenencia a una empresa, desembocan, necesariamente en empleados desmotivados. Y los empleados desmotivados no realizan un buen trabajo.
La empresa no proporciona los materiales necesarios
En los casos más sangrantes, la empresa ni siquiera proporciona a sus empleados los materiales necesarios para desempeñar su trabajo, con lo que las tareas de limpieza no se pueden llevar a cabo.
Si tienes un servicio de limpieza de estas características, el mejor consejo es que busques otra empresa de limpieza. Existen empresas de limpieza profesionales, serias y competentes que ofrecen no sólo “mano de obra”, sino una infraestructura y una supervisión continua. Empresas que están en contacto permanente con sus clientes y con sus empleados, anticipándose a las necesidades de ambos, y consiguiendo excelentes resultados. En resumidas cuentas, logrando lo que se espera de una actividad auxiliar, que es que el cliente no tenga que preocuparse de ella y pueda centrarse en su negocio.