Cuando buscamos una empresa de mantenimiento y limpieza podemos encontrarnos ante un gran abanico de negocios que ofrecen este servicio. Sin embargo, no todos son capaces de garantizar un servicio de calidad.
Para certificar que una empresa de mantenimiento y limpieza cuenta con ciertas garantías de calidad, existen diferentes elementos en los que podernos fijarnos.
Empresa certificada por AENOR
La empresa de mantenimiento y limpieza por la que nos decantemos debe estar certificada por un organismo de reconocido prestigio (AENOR) en gestión de calidad y gestión ambiental, tanto a nivel nacional como internacional. Los protocolos seguidos por AENOR a la hora de otorgar certificados de calidad y medioambiente son extremadamente exigentes, por lo que, si la empresa ha logrado cumplir los estándares de AENOR, es un buen indicio de que el servicio que vamos a recibir es de calidad.
Empresa miembro de Asociaciones Sectoriales
Una buena señal de que la empresa de mantenimiento y limpieza nos va a dar un buen servicio es que esté asociada a AELMA (Asociación de Empresarios de Limpieza de Madrid).
Este tipo de asociaciones aglutina a los empresarios del sector preocupados por dar un buen servicio a sus clientes y por luchar frente a las malas prácticas, como, por ejemplo, el intrusismo profesional.
Empresa solvente
Las señales fundamentales de que la empresa es solvente son, en primer lugar, que esté acreditada para contratar con la Administración Pública, y, en segundo lugar, que tenga una buena póliza de Responsabilidad Civil.
La acreditación para contratar con la Administración Pública aparece en el documento de clasificación empresarial, en el que la empresa de mantenimiento y limpieza debe aparecer encuadrada en el Grupo U 01 D, que la acredita como empresa solvente técnica y económicamente.
Prevención de riesgos, formación e infraestructura
Oros aspectos a tener en cuenta son que la prevención de riesgos laborales sea un tema prioritario y de obligado cumplimiento en la empresa de mantenimiento y limpieza, así como que sus empleados reciban formación continua.
También es fundamental que la empresa tenga medios materiales propios. Por ejemplo, la maquinaria que utilice habitualmente debe ser propiedad de la empresa, no alquilada. De esta forma, se garantiza que está convenientemente revisada y mantenida.
